miércoles, 21 de febrero de 2018

La educación sexual


La educación sexual en los colegios sigue tan gazmoña como en nuestros tiempos. En mis tiempos nos hablaban de las abejas, el polen y la flor. En algunos colegios de monjas y curas, ni siquiera disfrutaban de esta gazmoña aproximación. Ese capítulo se saltaba. El sexo no existía. Y así nos pasó, que tuvimos que descubrir el sexo a través de amigos mayores que tampoco lo tenían muy claro y que te hacían dudar sobre si nos estaban instruyendo o desanimando. Cuando uno se entera de cómo se fabrican los niños, mira a sus padres de una forma diferente, como a unos viciosos. Y por las noches procura no escuchar, por si les da por fabricar un hermanito. Casi peor era el trauma de saber por dónde salían los niños al mundo. Alguno, escandalizado, exclamaba: ¿Quieres decirme que los mean? Yo, debo confesar, me enteré de la forma en que venían al mundo los bebés por una película que se titulaba Helga, que estrenaron en Bilbao y fue un éxito de taquilla sin precedentes. Más que película era un documental sobre el proceso de gestación y nacimiento de un niño, y en él vi por primera vez una vagina y mi primer parto. Y claro, quedé impactado. No sabía que venían así, por ese conducto, no podía imaginar que algo que creía sólo destinado al placer pudiera dilatarse hasta permitir salir un cuerpecito sanguinolento y pringoso. Lo dicho, fue un éxito de taquilla en el tardofranquismo. ¡La de explicaciones de clase que se ahorró la clericalla! Hoy, por los libros que veo de mi hijo, hay dibujos explícitos, pero aún observo cierta gazmoñería textual. Y los hijos siguen sin querer hablar de ello con los padres. Prefieren informarse a través de los amigos. Todavía les queda esa vergüenza que se hereda en la memoria genética de los que hemos estado tantos siglos sometidos al catolicismo. Ahora, además, tienen Internet. En una peli porno se aprende más sobre el sexo que en una charla con tu padre y tu madre. Hoy, época de ciencia y tecnología, bien pudieran los enseñantes utilizar para este fin la jerga científica que muestra la ilustración.

Zaragoza, 21 de febrero de 2018

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